El samsára cotidiano
No solo repetimos el ciclo del nacimiento, muerte y reencarnación que es lo que habitualmente conocemos como Samsara, también convivimos con el Samsara cotidiano, ese que nos lleva una y otra vez al mismo punto, en este post conocerás por qué.
Si tomamos cualquier diccionario de sánscrito nos dirá que la palabra Samsara significa literalmente “flujo, devenir”.
Un término que hace referencia a la rueda de las reencarnaciones causadas por la acumulación de acciones que han de tener una reacción. Es el ciclo de nacimientos y muertes que tiene lugar incesantemente mientras se cumple el Karma, la ley de causa y efecto del Universo.
Pero esta simple definición encierra muchísima sabiduría, muchísimo que meditar.
¿Te has preguntado alguna vez por qué repetimos los patrones o constelaciones heredadas de nuestros padres? ¿O por qué siempre atraemos el mismo tipo de parejas o trabajos?
Estas situaciones pueden o no disgustarnos, no importa si lo que sentimos es placentero o desagradable. Lo importante a meditar es porqué siempre atraemos lo mismo a nuestra vida, porqué nuestra vida está condicionada por lo que nos rodea imposibilitańdonos ver más allá incluso negar su existencia.
Esa es la cuestión, meditar si existe más vida más allá de nuestras percepciones.
Ir más allá de nuestra zona de seguridad supone riesgo, valentía, coraje, y por tanto, miedo a lo desconocido, a la soledad, a la muerte, al abandono y al rechazo.
Salir de nuestra zona de seguridad, para romper ese samsara recalcitrante que nos mata antes de morir, supone enfrentarse a nuestros más profundos miedos. Conocer nuevos estados de existencia, nuevas formas de vida y de vivir, nos abre a todo un Universo que nos hace más humildes, comprensivos, compasivos.
Antes del Gran Samsara del nacimiento, muerte y renacimiento existen infinitos pequeños samsaras que pueden dominar y anquilosar nuestra vida. Pongamos unos ejemplos:
Nacer, crecer, casarse, tener hijos, deudas, hipotecas, amantes, divorciarse, morir. Este es el Samsara básico de la mayoría.
El Sistema nos invita a vivir sutilmente de esta manera pues salvaguarda perfectamente sus intereses. Este es el motor del Sistema. “No existe mayor cárcel que aquella cuyos barrotes son invisibles”, decía Dostoyevski. Este samsara nos invita a vivir en nuestra zona de seguridad a cambio de renunciar a la Libertad.
Conocido por todos es el dicho: pueblo pequeño, infierno grande. Efectivamente, son todas esas vidas enamoradas de su zona de seguridad que en muchos casos ni viven ni dejan vivir, anquilosadas tras muchos años de frustraciones, incapaces de mirarse al espejo. Es muy probable que estas personas estén viviendo ciclos samsaricos que no se atreven a romper por miedo a las consecuencias, por lo que, cualquier cosa externa que les mueva o les haga abrir los ojos será motivo de crítica y destrucción.
Aburrirse, inventar, molestar al prójimo. Este es un samsara retorcido, propio de una persona profundamente enferma, que necesita imperiosamente llamar la atención a toda costa. La vida de esta persona le desagrada profundamente, prefiere mirar a otro lado, prefiere evadir, prefiere inventar otra vida alternativa, no quiere escapar completamente de su vida ni romper con ella porque le da mucho bienestar material.
Existen muchísimos samsaras más, todos ellos siguen ese proverbio tántrico que dice: “aquello que crees que libera, en realidad esclaviza”.
La película Samsara, lo ilustra bien, trata de un monje budista tibetano, su zona de confort es que ha estado viviendo en monasterio desde bien pequeño, no conoce otra forma de vida, está acomodado en ella.
Cuando despierta su naturaleza, su Maestro en lugar de castigarlo, reprimirlo o castrarlo como harían en otras religiones, toma una decisión muy sabia y atrevida. Le invita a salir del monasterio, vivir la vida que deba de vivir y cuando haya concluido esa vida que regrese.
Evidentemente, toda nueva vida, toda salida de de su zona de seguridad traerá su Karma, además de enfrentarse a sus miedos. Eso es algo que hay que meditar. Por eso el Sabio es el que se anticipa siempre, el que conoce las posibilidades y decide inteligentemente.
Todos vivimos en nuestra zona de seguridad pues nos salvaguarda de nuestros miedos, de nuestras angustias, pero ya sabes cómo hay que romperla, la decisión es tuya si deseas hacerlo o no, pero sólo un detalle, si tienes pareja comparte tus frustraciones con ella, no tomes decisiones para romper tu zona de seguridad sin contar con ella porque puedes causar mucho daño y esto, también traerá sus consecuencias, nada escapa al Karma.