El arte del descanso es una parte del arte de trabajar
A veces le damos tanta importancia a luchar y trabajar para conseguir nuestros sueños que nos olvidamos que el descanso es una parte imprescindible para lograrlo. En nuestro día a día no nos damos cuenta que nos va venciendo un cansancio físico y mental y que nuestro cuerpo necesita descansar y reponerse, para retomar los retos con más fuerza. Lo irónico del caso es que perseguimos con todas nuestras fuerzas nuestros sueños, que olvidamos que para conseguirlos debemos empezar por el descanso que nos proporciona el sueño.
La naturaleza es muy sabia, y programa a nuestro cuerpo para que tomemos varias horas del día al descanso. Todos hemos oído la importancia de descansar durante 8 horas diarias, aunque muchos de nosotros no le demos la importancia que realmente tiene. Pensar que dormir o descansar es una pérdida de tiempo o que es una parte pasiva de nuestra vida nos debería hacer recapacitar de lo poco que nos conocemos o valoramos.
En el artículo anterior ya vimos que en el proceso del sueño es cuando, contrariamente a lo que pensamos, se activa nuestra mente para equilibrar la parte física y psíquica de las personas. Además, es en el sueño cuando se producen cambios en las funciones corporales. Si la mayoría de las especies animales y los seres humanos (sobre todo en los primeros meses de vida), dedicamos gran parte de la vida a dormir, deberíamos reflexionar en la importancia que tiene esta función. Es sumamente importante dejar claro que dormir es una actividad absolutamente necesaria para todo humano. Algunas de las funciones más destacadas del sueño/descanso son: a) tratar asuntos emocionales reprimidos (a través de sueños o pesadillas).b) Consolidar procesos de aprendizaje y memoria c) regular el estado de humor así como reducir la agresividad y ansiedad.
A veces pensamos que estar con un buen estado de ánimo requiere mucha fuerza de voluntad por nuestra parte, pero olvidamos que la naturaleza nos proporciona herramientas para conseguirlo con mayor facilidad. El descanso de calidad es un buen ejemplo. Hay distintos estudios que debaten la cantidad de horas que son necesarias para tener un sueño reparador; personalmente prefiero pensar que tiene mayor importancia la calidad del sueño que la cantidad en sí. Muchos de nosotros necesitamos unas determinadas horas de sueño para “repararnos” y otros, con menos, se levantan rebosantes de energía. Si dormimos adecuadamente y nos levantamos con la sensación de haber descansado vamos a retomar el día con mayor fuerza y optimismo. En contra, si reflexionamos sobre los días que hemos dormido interrumpidamente, hemos descansado poco y mal o no nos hemos acostado, seguramente recordaremos que, en consecuencia, al día siguiente presentamos problemas de fatiga, concentración o irritabilidad.
Cuando seamos conscientes de la importancia que tiene para nosotros mismos cuidarnos, tomarnos en serio nuestro cuerpo y las herramientas que la naturaleza nos ofrece, vamos a aumentar nuestra calidad de vida. Hay una frase muy acertada que dice: “bostezar es la manera que el cuerpo tiene de avisarnos que nos queda poca batería” debemos continuar escuchando a nuestro cuerpo porque muy sabiamente nos indica lo que necesitamos en cada momento, pero lo más importante es actuar en consecuencia. La cuestión es que no solo debemos escuchar las señales que nos emite sino que también debemos atenderlas. Es un gran logro saber parar y atender al cuerpo cuando éste nos avisa. Hacerlo es ser generoso contigo mismo.
Que no nos dé miedo hacer nada, parar, descansar. El cuerpo lo necesita y lo agradecerá. A veces en nuestro camino de despertar mariposas o en nuestra vida diaria nos “preocupamos” porque pensamos que hay periodos que nos hemos estancado, que parece que no avanzamos, que no estamos haciendo nada. No nos debemos preocupar, debemos parar y descansar. Seguramente nuestro cuerpo se está adaptando a todos estos cambios que le estamos presentando, o bien, simplemente está restableciendo los almacenes de energía. Cuando el cuerpo necesite un descanso, se lo debemos regalar.
Namasté