El árbol de los deseos reflexión de vida.
Una parábola de cómo saboteamos nuestras vidas..
Un día, un hombre caminaba por el bosque, pensando en todos los problemas de su vida, que cada vez, parecían aumentar más y más.
Después de un tiempo, exhausto, se detuvo a descansar a la sombra de un árbol, el hombre sin saber que éste, era un árbol mágico, el cual al instante, concedía todos los deseos de aquellos que ante el se inclinaban.
Sintiendo mucha sed, él deseó agua helada para tomar – y en ese mismo momento, un vaso de agua apareció en su mano. Muy sorprendido, mató la sed con aquella agua. Poco después, percibió que tenía hambre, y así otra vez, deseó algo para comer y un plato de comida apareció frente a él.
El hombre pronto percibió que algo extraño estaba sucediendo, todos sus deseos se estaban realizando.
Se quedó pensando y sin perder tiempo, pidió algo mucho más extravagante:
– Si realmente es así, quiero tener una hermosa casa, dijo en voz alta.
En cuanto terminó de hablar, la casa apareció justo delante de él. Aún sin creer en tanta suerte, al hombre se le dibujó una gran sonrisa y continuó enumerando sus deseos. Esta vez, pidió por siervos para cuidar de su nuevo hogar. También deseó una bella, inteligente y cuidadosa mujer, para compartir su vida y buena suerte.
Cuando la mujer de sus sueños apareció frente a él, él dijo: “Eso no puede estar bien. Nunca fui tan afortunado en la vida. Estas cosas no suceden conmigo.”
Así que, mal terminó él de decir esas palabras, cuando todo desapareció: la casa, los siervos, la mujer.
Con una postura de conformidad, el hombre se dijo a sí mismo: “¡Claro!, estaba tardando en desaparecer todo. Yo sabía que tenía algo mal, una cosa tan increíble como ésta no iba a suceder conmigo “. Entonces, siguió su camino, nuevamente pensando en sus muchos problemas….
Moraleja
Muchas veces en nuestras vidas, pasamos por situaciones semejantes a la del hombre de la historia. Algunas cosas increíbles nos suceden a nosotros, pero por no creer que las merecemos, acaban por desaparecer y a dejarnos con nada más que resignación.
Esta parábola nos enseña que necesitamos cambiar nuestro patrón de pensamiento, para cambiar nuestras vidas.
Si no creemos que tenemos lo que es necesario para alcanzar nuestros objetivos, esa creencia será activada dentro de nosotros y pasaremos a verla como una certeza. Esto es verdad para todas las áreas de nuestra vida, y hace que poco a poco nos saboteé, comprometiendo nuestra calidad de vida.
Necesitamos trabajar en nosotros mismos para reconocernos como capaces de vencer, de conquistar nuestros sueños y objetivos. Esto puede requerir una visita a nuestra infancia, a revisar nuestras relaciones familiares, y también abrirnos al perdón de nosotros mismos. Podemos también necesitar la ayuda de personas capacitadas. Es, en la gran mayoría de las veces, una larga jornada. No siempre es fácil, pero los resultados hacen que todo valga la pena.
Sólo cuando confiamos en nosotros mismos y en nuestro derecho al éxito y a la felicidad, podemos crear las vidas que merecemos tener…
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