Medita, no te mediques: Kundalini Yoga para el control del dolor

El dolor físico es una indicación de que hay un problema en el cuerpo. El dolor puede ser crónico, prolongado durante mucho tiempo con poco o ningún alivio. Esto a menudo está relacionado con enfermedades o lesiones a largo plazo que se han curado pero el dolor persiste. O el dolor puede ser agudo, lo que significa que tuvo un comienzo rápido. Con dolor agudo, el dolor es un síntoma de tejido lesionado o enfermo; cuando la lesión ha terminado de cicatrizar, el dolor correlativo disminuirá. Aunque practicar yoga mientras estás sufriendo dolor no parece del todo atractivo, estudios recientes han indicado que el yoga puede promover la curación y reducir los sentimientos de dolor físico.

Cuando se trata de dolor, es importante buscar la causa subyacente del dolor en lugar de tratar de encubrirlo con analgésicos o hábitos de automedicación. En algunos casos, el dolor puede parecer que no tiene una causa identificable. Incluso si se desconoce su origen, la sensación de dolor a menudo es provocada o intensificada por la tensión y, aunque tal vez no haya una cura inmediata para este dolor, el yoga puede ayudar a reducir su intensidad. No importa la fuente del dolor, sin embargo, es una buena idea consultar con un profesional médico antes de comenzar una práctica de yoga. Y asegurárse de pedirle modificaciones al maestro para evitar empeorar cualquier condición preexistente.

Los efectos del yoga sobre el dolor son múltiples. En primer lugar, el pranayama o la respiración yóguica relaja el cuerpo y libera la tensión que exacerba el dolor físico. La respiración larga y profunda tiene un efecto fisiológico en el sistema nervioso, que a su vez crea una sensación de relajación en el cuerpo y la mente. Aunque el dolor aún puede estar presente, a menudo es menos perceptible, y con frecuencia menos debilitante, si el cuerpo está libre de estrés.

Para las personas que sufren de dolor crónico, a menudo se siente como si «todo» doliera. El Kundalini yoga, llamado el «Yoga de la Conciencia», crea una sensación de autoconciencia que permite a los que sufren de dolor comenzar a identificar lo que realmente duele. Saber que el dolor se está irradiando desde una parte particular del cuerpo, a menudo ayuda a los que sufren dolor a superar la sensación de malestar general y hace que el dolor sea más manejable.

La mayoría de los kriyas de Kundalini ayudan con esto, pero uno de mis favoritos es el Manual I Am a Woman, una secuencia de ejercicios muy relajantes -incluido el automasaje- para hacer circular y distribuir energía por todo el cuerpo.

Otra forma en que Kundalini Yoga ayuda a las personas a lidiar con el dolor se relaciona con el enfoque de Kundalini en la columna vertebral. Los Kundalini kriyas aumentan la energía a lo largo de la columna vertebral, al mismo tiempo que estira la columna vertebral, liberando la tensión en la espalda y manteniendo la flexibilidad. Una kriya suave como la Sadhana para la Era de Acuario, enseñada por Yogui Bhajan puede hacer maravillas para aliviar el dolor en el cuerpo que se irradia a lo largo de la columna vertebral.

Para aquellos días en que una práctica física es demasiado para asumir, la meditación todavía puede hacer una gran diferencia. Estudios recientes han demostrado que incluso los principiantes de yoga pueden reducir significativamente el dolor a través de la meditación. Los investigadores han rastreado imágenes del cerebro y han aprendido que la meditación aumenta la activación en áreas del cerebro relacionadas con el control cognitivo y la emoción, que es también donde experimentamos el dolor. En otras palabras, cuanto más una persona medita, menos experimentan dolor. Para obtener más información al respecto, consulte el  libro «La meditación como medicina» por Dharma Singh Khalsa, MD.

Cualquiera que sea la práctica que decidas tomar para controlar tu dolor, es importante conocer tus límites. No es necesario presionarte a tí mismo a través de cada kriya, y asegurate de descansar lo suficiente entre los ejercicios. Sé amable contigo mismo y respeta las sensaciones de tu cuerpo. Tu dolor está tratando de decirte que algo anda mal. No lo ignores, pero intenta no dejar que gobierne tu vida.