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Que el eterno Sol te ilumine

Los siete principios del budismo zen para una vida mejor

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Los mandamientos zen son un conjunto de principios orientados a llevar una vida más sencilla, consciente y libre de preocupaciones innecesarias.

Los monjes zen valoran profundamente la paz y la capacidad de ver la realidad conscientemente. Por esa razón todos los mandamientos zen se enfocan en deshacerse de lo innecesario e irrelevante. También en adoptar unos hábitos que faciliten ese proceso de encontrar la paz interior y depurar la conciencia.

“Zen no es una especie de moda, es una forma de concentración en nuestra rutina diaria habitual”.

-Shunryu Suzuki-

Se dice que todos los mandamientos zen se pueden resumir en una sola frase. Esta dice: “Sonría, respire y vaya despacio”. En sentido estricto, tales mandamientos son complejos. Sin embargo, se pueden resumir en los siguientes principios.

1. Hacer una sola cosa a la vez, el primero de los mandamientos zen

Hacer solo una cosa a la vez se ha vuelto complicado. La multitarea se ha impuesto como forma de desarrollar las actividades cotidianas. Somos muchos los que vivimos día a día haciendo varias cosas a la vez.

Comemos, al tiempo que negociamos. O realizamos una labor teniendo en mente otra. Esto, a la larga, solo destroza los nervios. Es una fuente de estrés y suele conducir a resultados poco eficaces. Lo mejor es enfocarnos en una sola actividad para darle un ritmo pacífico a nuestro espíritu.

2. Hacer las cosas despacio y voluntariamente

La velocidad es otra de esas características que ha ido imponiéndose prácticamente en todas nuestras actividades. Desde las laborales, hasta las sexuales. Parece que la consigna fuera hacer todo lo más rápidamente posible, como si jamás hubiera tiempo disponible.

Los mandamientos zen indican que se debe hacer más bien todo lo contrario. Realizar las actividades despacio, sin ningún tipo de prisa. En un mundo como el actual esto no es fácil. Se requiere de entrenamiento. Sin embargo, el resultado es maravilloso porque esto fortalece la capacidad de concentración y lleva a mejores resultados.

3. Terminar todo lo que se comienza

 

La multitarea y la velocidad conducen a dejar todo a medio hacer. Algunas cosas terminan posponiéndose indefinidamente. De ahí precisamente nace esa sensación de no tener tiempo para nada.

El efecto que esto causa en nuestro mundo emocional es muy negativo. En primer lugar, es algo que alimenta la inquietud y la angustia. En segundo lugar, solo lleva a mantener una atención dispersa y superficial. Es como vivir, con la vida pasando de largo.

4. Hacer pausas entre una tarea y otra

Uno de los aspectos que más se descuida en el mundo moderno es el descanso. Hay cientos de personas en el mundo que tienen grandes problemas para detenerse y hacer pausas. Llegan a sentirse culpables o atormentados por parar un momento y descansar. Lo hacen solo cuando el agotamiento los vence.

Uno de los mandamientos zen indica que es muy importante hacer pausas entre una tarea y otra. En este caso, el objetivo fundamental es poner más orden en la vida y permitir que la mente se desconecte de una actividad, antes de comenzar con la siguiente.

5. Realizar rituales

Los rituales son ceremonias que se realizan siempre de la misma manera y que buscan otorgarle un significado especial a un determinando momento o actividad. Tales rituales predisponen positivamente la mente y el espíritu frente a la acción a desarrollar.

Los mandamientos zen aconsejan elaborar rituales propios. Esto contribuye a hacernos más conscientes de un momento específico. Es una forma de prepararnos para vivir las cosas plena e intensamente. No necesariamente deben realizarse para acciones poco usuales, sino también para situaciones cotidianas como comer, dormir, etc.

6. Hacer menos

Otra de las nocivas costumbres contemporáneas es esa de llenar cada día de infinidad de tareas y compromisos, supuestamente, para aprovechar más el tiempo. Se mide la eficacia en términos de cantidad y no de calidad. El atiborramiento de actividades tiene más que ver con la angustia que con la eficiencia.

Los maestros zen aconsejan depurar nuestro tiempo. Eliminar las actividades innecesarias y organizar el tiempo de modo que cada día alcance tanto para cumplir con los compromisos, como para hacer pausas y darle lugar a los demás aspectos de la vida, que no tengan que ver con las obligaciones laborales.

7. Sonreír y servir a otros

Sonreír y ser amable con los demás es una manera de elevar nuestra calidad de vida. Quizás al comienzo no se nota, pero con el tiempo se percibe claramente cómo la actitud de los demás es también más amable y afectuosa con uno.

Servir a los demás es una forma de aumentar el sentimiento de amor propio. La palabra “servir” en este caso no alude al servilismo, sino al hecho de ser útil para otros y generoso frente a sus necesidades y adversidades. Quien es afable y servicial experimenta el mundo de una manera más positiva.

Estos 7 principios no corresponden literalmente a los mandamientos zen. Más bien se trata de la condensación de algunos lineamientos que hay en esa filosofía. El objetivo es el de ofrecer unas orientaciones prácticas para contribuir a que nuestra vida sea más tranquila y feliz.

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